Media hora con... Todos nuestros interlocutores

Selección de entrevistas realizada por Isabel Sanfeliu para
Clínica y Análisis Grupal Nº 100 (2008), Vol. 30 (1) Pags. 193-226

Esta sección nació con el número treinta y tres, en un momento de renovación de estructura y diseño que Ignacio Gárate, como secretario de redacción, impulsó. Iniciamos con Francesc Tosquelles esta memoria extensa a través de retazos de quienes dialogaron en nuestras páginas.

Francesc Tosquelles (n. 33, 1983)
Encuentro en su casona de Granges sur Lot. Recibe a Gárate con “bata cardenalicia, con un bigote pequeño y la sonrisa terciada entre la boca y los ojos”.
“Yo había intentado hacer psicoanálisis en el Instituto Pere Mata... y cuando en 1952 Daumézon y Koechlin publicaron La psicoterapia institucional francesa contemporánea [donde se relata lo que Francesc estaba llevando a cabo], fue para mí una sorpresa porque yo no sabía que hacía psicoterapia institucional. Entonces me planteé qué quería decir la palabra institución.” “Si el psicoanálisis se ha desarrollado como técnica institucional terapéutica ha sido al margen de la Universidad, en crisis con la medicina oficial y aparte de la sociedad... La institución es el encuadre de los grupos, de la sociedad en general... La fenomenología pone el acento en lo que uno vive, en lo que se ha interiorizado, en lo que experimenta como sentimiento espontáneo; su ventaja es lo auténtico de la vivencia, pero la vivencia supone que antes hay un cuerpo y están los cuerpos exteriores. La fenomenología tiene por tanto un límite; el análisis va más allá y lo real precede a la fenomenología.”
La clínica fue primero la teoría vino más tarde.
“No sé lo que es el hecho inconsciente. El inconsciente no tiene nada que ver con los hechos. Creo que una cosa que Lacan cogió de mí fue la afirmación de que el inconsciente no existe: insiste.”
No fue un mal encuentro este con el catalán universal del psicoanálisis.

Octave Mannoni (n. 34, 1984)
Psicoanálisis y psicoterapia, andanzas y vericuetos…
Con Ignacio Gárate:
“Una psicoterapia puede ser analítica siendo una psicoterapia. Es bastante difícil de distinguir, aunque se dice que el psicoanálisis funciona gracias a la transferencia y gracias a la desaparición de la represión; una psicoterapia funciona gracias a la autoridad del psicoterapeuta y al refuerzo de la represión que permite al comprometido en la psicoterapia ser más libre. Pero esto es cierto y falso, en una psicoterapia hay momentos de análisis y en un análisis tramos de psicoterapia... ¿el diván?, no creo que el lugar tenga importancia.” “Yo diría que, en Freud, la relación del psicoanálisis con el sistema nervioso es académica. También lo es su relación con la lingüística. Se puede aludir a todo lo que sabe la lingüística, pero uno no puede apoyarse en eso, no hay nada. Por eso critico a los que dicen que Lacan ha hecho una revolución, porque ahora el psicoanálisis, en lugar de remitirse al sistema nervioso se remite a la lingüística.”
Un recuerdo nostálgico:
“Lacan fue mi analista al final de la guerra; evolucionó a veces de forma sorprendente, quiso proporcionar un fundamento al freudismo, una base axiomática, pero no creo que lo haya conseguido... Mantuve buenas relaciones con él hasta que cayó enfermo, cuando ya no se le volvió a ver, cuando ya no se pudo tratar más que con Alain Miller.”

Michelle Decerteau (n. 35, 1985)
“Hay algo en la naturaleza misma de la experiencia analítica que es de tipo literario”, responde a una cuestión de Gárate, y continúa: “Es un juego del otro en la lengua, con algo que es muy interesante: la relación con una dimensión de lo Real. Intenté analizar esto en un texto que llamo La novela psicoanalítica, sobre la institución. Justamente, la institución en el campo analítico tiende a responder a la interrogación que se plantea en el discurso, a partir del momento en que este se desprende de su valor de expresión de Real.”
En torno a la mística y lo inefable:
“es la posibilidad de construir una cientificidad sobre la definición de un objeto huidizo... Lo inefable es el sujeto, y esto sucede tanto en la mística como en el análisis.”
El sujeto, esa instancia inaprehensible…

Salomon Resnik (n. 36, 1985)
Hernán Kesselman lleva a cabo la entrevista:
La psicosis es un modo de detención del tiempo frente a la imposibilidad de vivir lo cotidiano.
“El tiempo congelado es una de las formas de eternidad, la otra forma es la vivencia mística del tiempo, en fin, la eternidad. Son dos modos de oponerse a la finitud, es decir, a la realidad del cuerpo; porque el riesgo de utilizar la concepción de diacronía y sincronía, es que se trata de un concepto estructuralista, dualista. Yo creo que no se puede concebir una sincronía sin una diacronía y recíprocamente, es decir, que el tiempo y el espacio están siempre implicados el uno en el otro y, si no es así, es patológico...

El espacio vivo es el espacio temporalizado. El espacio sin tiempo o el tiempo espacializado, como lo llamaría Minkovsky, es un espacio patológico, diría Maldinet: es un pedazo sin tiempo, o con pedazos de tiempo desorganizados, que no se mueven.”
Espacio y tiempo, ambos anclados en el cuerpo, incapaces de desasirse de la entraña humana

Max Cocoynacq (n. 37, 1985)
Ojo avizor sobre este profesor de teología, psicoanalista y antropólogo, a través de Ignacio Gárate.
“Fue la ética la que me condujo al psicoanálisis; el concepto de libertad en teología es algo de la mayor importancia... La problemática del deseo existe a través de toda la historia de la teología, el mismo San Agustín lo puso en evidencia... Las posiciones más clásicas provienen del Tratado del alma de Aristóteles, y no se puede confundir hoy la inmortalidad –que es una cuestión puramente filosófica- y el problema de la vida eterna –que es una relación en Dios-. El psicoanálisis tiene precisamente la ventaja de poner en evidencia esta problemática, representa la experiencia de la pérdida, de la pérdida radical, de la muerte simbólica que es la castración.”
Como en tiempos sucedió O. Pfister, vuelve la ética en su compleja relación con el psicoanálisis. Cultura y renuncia a la pulsión, más allá el Ello.

Antonio Colodrón (n. 38, 1985)
1969, un encuentro: Colodrón, Castilla, Lafora, Caparrós... con este recuerdo comienza este último una entrevista en la que investigación y rigor clínico son punto de referencia.
“La demencia precoz estaba definida con más nitidez como demencia juvenil. La esquizofrenia es un concepto más amplio, más ambiguo, más confuso. El aporte de Bleuler me parece una enorme regresión desde el punto de vista conceptual con respecto a Kraepelin; pero es cierto que de alguna manera había que clasificar esa serie de síndromes de escisión que andaban dispersos y que no son necesariamente precoces, ni conllevan un déficit de personalidad. Te voy a decir algo que te va a parecer casi una herejía: creo que las esquizofrenias no tienen existencia como tal, no son nada sustantivo; no son más que un intento de fijar los invariantes comunes a una enorme cantidad de síndromes... Qué duda cabe de que la esquizofrenia es una reacción de un organismo que tiene unas peculiaridades para enfrentarse con el medio, que tiene una genuinas exigencias a las que precisa adaptarse mediando unos modos de acción anómalos debidos a alteraciones hasta ahora consideradas endógenas o criptogénicas, y que parecen en trance de dejar de serlo.”
Bleuler hubiera seguido siendo psicoanalista si Freud accediera a cambiar autoerotismo por autismo.
Bleuler representó el crepúsculo de la fenomenología psiquiátrica.

Michel Demangeat (n. 39, 1986)
En su encuentro con Gárate, nos relatará cómo, en su trabajo con psicóticos, sintió la necesidad de dejar el asilo e incorporarse a los hogares de post-cura que él mismo había creado.
“Bergouignan intentaba hacer algo psicoterapéutico... aprendía y nos enseñaba a escuchar. Para nosotros era una revolución con respecto al medio médico y neurológico de Burdeos. Nos enseñaba a leer autores psiquiátricos... a partir de ahí, pude realizar una serie de experiencias que constituyeron novedad: la primera fue la introducción, con Bergouignan, del Entrenamiento autógeno de Shultz... creé muy pronto una consulta en el hospital... al mismo tiempo mantenía contactos en Ste. Anne (París) con gente que tenía formación analítica. A principios de los sesenta inauguramos centros de post-cura. Habían llegado los neurolépticos y los timoanalépticos con Kühn. Los enfermos mejoraban, ya no les podíamos guardar en esos gallineros, como los llamaba Henry Ey cuando nos visitó.”
La superación de la psiquiatría manicomial inicia los primeros pasos.

Pedro F. Villamarzo (n. 40, 1986)
En 1980 fundó el centro psicoanalítico Oskar Pfister. Un año antes obtuvo la Cátedra de Psicología profunda en la Universidad Pontificia de Salamanca.
“Freud afirmó que el ejercicio del psicoanálisis requiere un instituto profesional... tanto la universidad como el propio psicoanálisis se ven mutuamente enriquecidos por este recíproco contacto... En la Metapsicología estudiamos primero el aparato psíquico con los tres momentos de articulación que del pensamiento de Freud... La primera y la segunda tópica... El segundo gran tema es la pulsión; en él se siguen también tres grandes momentos: el de partida, relativo a la primera teoría de los instintos en 1905, la modificación con la introducción al narcisismo y finalmente con Más allá del principio del placer... Para terminar desarrollamos el tercer gran tema: el conflicto psíquico.”
Caparrós se interesa acerca del porque de su decisión a la hora de escoger la sublimación y los destinos de la pulsión como tesis doctoral.
“En mayo del 68 estoy en París, estudiando en La Sorbona y trabajando con emigrantes españoles dentro de mi inquietud religiosa. En este momento surgen determinados movimientos contestatarios, también dentro de la misma Iglesia y del clero inclusive. Tales movimientos cuestionan frontalmente múltiples planteamientos tradicionales en la sociedad civil y en la Iglesia, entre ellos el tema del celibato... Con tal motivo se me ocurrió investigar el pensamiento de Freud, aparte de compulsarlo con mi experiencia clínica, sobre el complejo tema de la abstinencia sexual.”

Satisfacción, represión, inhibición en cuanto al fin y sublimación. La meta de la pulsión es la descarga, pero la descarga total representa la muerte; difícil tesitura y en medio de todo el psicoanálisis.

Malcolm Pines (n.41, 1986)
Fue presidente de la IAGP con la que mantiene un nivel de implicación importante. Desde la Tavistock en Londres, vino a participar en este encuentro. Caparrós le pregunta por el futuro del grupo...
“Las nuevas generaciones tendrán la responsabilidad de hacia dónde quieren dirigirlo. Algunos desean unirlo al psicodrama. Tendríamos que desarrollar algún método para trabajar con grupos breves, todavía nos basamos en el modelo de grupo de larga duración. Lo que nos interesa es dejar abierto el camino para un diálogo entre psicoanálisis y el análisis grupal que sigue dependiendo en gran medida del primero. Tendremos que estar abiertos a la investigación sin renunciar a nuestra postura, distinta del psicoanálisis. También existe, como sabes, una escisión entre terapia familiar y análisis grupal. Antes enseñábamos terapia familiar, pero los terapeutas se separaron de nosotros para establecer su propio instituto. Estaban muy entusiasmados con la Escuela de Milán, las paradojas, técnicas manipulativas... Esperamos traerlos gradualmente de vuelta para formar grupos de familias en análisis, lo considero muy importante.”
La escuela inglesa, el grupoanálisis. Foulkes y el contrapunto bioniano. El grupo necesita de nuevos conceptos…

Angela Molnos (n.42, 1986)
Esta filósofa (por Génova), psicóloga (en Berlín) y analista de grupo (en la Tavistock), nos recibió en su apartamento londinense abarrotado de luz y plantas que pueden traslucir su añoranza por Buenos Aires, Montevideo, Kenia, Tanzania o Uganda donde realizó investigaciones psicosociales. Trabaja sobre la psicoterapia breve de grupo y reconoce a Malan como uno de sus maestros, sobre él comenta:
“Como los psicoanalistas tradicionales, comienza por interpretar la defensa y la ansiedad para llegar a la emoción verdadera por medio de interpretaciones. En cambio, Davanloo no ofrece ninguna interpretación mientras el paciente esté en resistencia. Más bien hace preguntas específicas, a veces provocativas, desafía las contestaciones evasivas, imprecisas, las intelectualizaciones y, sobre todo, la pasividad del paciente. Sus intervenciones tienen el fin de estimular el inconsciente a reaccionar con emoción... luego empieza a ayudar al paciente a entender la conexión entre sus defensas, ansiedades y la emoción duradera. Estas conexiones son en un nivel cognitivo... El problema de su técnica es que tiene aspectos íntimamente ligados a su personalidad... La voz de Malan es mucho más uniforme, la de Davanloo varía constantemente... una parte de su técnica no lo es, es arte que surge de su inconsciente.”
Una innovadora de la terapia breve de objetivos limitados en donde se aúna el difícil arte de elegir el foco esencial y la complicada técnica de elaborarlo en un plazo corto de tiempo.

Carlos Martínez Bouquet y Jorge A. Solanas (n.43, 1987)
Hernán Kesselman coordina el encuentro.
Decía el primero: “Convendría pensar en las diversas técnicas de la psicoterapia como recursos y no como panaceas. Creo que uno de los errores ha sido el que señalabas: contraponer un modo de trabajo a otro, como si cada uno por sí solo pudiera y debiera contener toda la verdad. En medicina hay diversos medios de exploración...”
Este autor fue uno de los pioneros en utilizar la grabación en psicoterapia. “Viendo una escena y reconstruyendo lo que en ella pasó, lo revivís sin que la presión o el olvido, que es inmediato, interfieran. Y esto sirve, además para elaborar. Porque uno va a hacer de nuevo consciente lo que reprimió.”
Psicodrama psicoanalítico. Dos representantes de la fértil escuela argentina en este campo.

Eduardo Pavlovsky (n.44, 1987)
Nos acompañó desde el comienzo en nuestras páginas y ahí sigue, ahora rescatando a Meyerhold. Con Nicolás Caparrós como interlocutor recordaban Plataforma, de la que ambos fueron fundadores. “Se ha borrado una historia que, peor, regular, nefasta o creativa, ha sido importante para la identidad del psicoanálisis.”
De Moreno recoge la técnica, pero: “Creo que hay una trilogía que le da una singularidad específica al psicodrama que yo intento hacer: 1. La necesidad de que el psicólogo tenga un nivel de adiestramiento corporal, que el cuerpo no sea algo que se lleva como una carga, como un objeto, sino que sea sujeto de la experiencia. 2. El campo estrictamente dramático, técnico, imaginario, es decir, ni Moreno ni Lemoine trabajan con el grupo en la idea más básica de Proceso grupal tanto de Pichon como de Foulkes o Bion... 3. En lo que respecta a la escena dramática, lo que me singulariza es la relación dialéctica que percibo entre el psicodrama y la escena grupal, a diferencia de la “escuela freudiana de grupos” de Lemoine donde no existe el grupo como instancia transformadora del proceso dramático... La mayor subjetividad en un grupo alcanza el máximo nivel de objetividad”.
Psicoanálisis que utiliza al psicodrama, que no se opone a éste. Escena, cuerpo y grupo y una técnica que permite articularlos.

Joseph Berke (n.45, 1987)
Nos encontramos en Kinsley Hall; Joe pide a Nicolás “alguna maravillosa pregunta” y arrancan en torno al narcisismo: “El problema del narcisismo surge de la envidia. La personalidad narcisista conlleva un gran odio hacia sí mismo y hacia otros, que se impone sobre la realidad; están como encapsulados sobre sí mismos. Creo que para entender los problemas de la envidia, hay que entender los del narcisismo y viceversa... En principio todo narcisismo es amargo, la persona siente que se está perdiendo y se asusta de su falta de capacidad para disfrutar del mundo, amar a la gente, a sí mismos... esto provoca una gran agresión, un gran odio hacia los que poseen esa capacidad, ahí surge la envidia.” Y un apunte personal: “Al psicoanálisis me llevó la angustia ante el psicótico. Es cierto que Mary [Barnes] alimentó mi omnipotencia, era un proceso lento pero necesario... pero yo diría que era la angustia en la cara de Mary por su sufrimiento lo que levantaba en mí una angustia difícil de contener.”
Los viejos tiempos de Kinsley Hall al fondo. No es un azar que entre tanto donde elegir surja el narcisismo como hilo conductor del encuentro. Narcisismo de los terapeutas, narcisismo de los pacientes, omnipotencia…, narcisismo como defensa suprema frente a la angustia que se dispone a atacar el último bastión del yo.

Joel Dör (n. 46, 1987)
“La Introducción a la lectura de Lacan no fue desde el principio un proyecto editorial. La publicación nació de la preocupación por reunir cierto número de argumentos que había dispensado durante una enseñanza que parecía satisfacer, con toda la ambigüedad que esto supone, a un tipo de auditorio que en aquella época, no podía contentarse ya con esas publicaciones de Escuela.”
Gárate comenta: “Una de las interpretaciones que se ha dado al Seminario sobre Real, Simbólico e Imaginario, es que la cuestión del padre se desenlaza en lo que Lacan llama el nudo borromeo, y que existiría, desde ahí, un más allá de la castración. No sé si usted comparte esta opinión, o si finalmente piensa que el escollo de la castración no es algo radicalmente presente en la obra de Freud.”
“No sé si se puede hablar de un escollo de la castración. Existe incontestablemente un problema alrededor de la castración que atormentó a Freud, y a partir del cual pudo decir, como acaba usted de evocar, que existe algo insuperable. Pero no sé si se puede decir que Lacan ha superado lo que en Freud era insuperable. Al final de su vida Newton parece haber dado con una serie de límites dentro de su especulación física, dos o tres siglos después Einstein superaba, a su manera, unos límites prescritos por Newton.”
El diálogo sigue por otros derroteros:
“La cuestión no es saber si es mejor o no tener tal síntoma, se trata de saber cómo se acomoda el sujeto con respecto a su placer o su displacer. Si hay algo que es terapéutico en psicoanálisis, es llevar la economía psíquica del sujeto hacia una inclinación más orientada en lo que a él se refiere, dentro de su propia historia, hacia algo que se sitúa más del lado del placer que del sufrimiento.”

Armando Bauleo (n. 47, 1988)
Se dan cita dos grandes amigos y cómplices que nos ofrecen recuerdos e improvisaciones.
Caparrós aviva la memoria de Armando hacia sus años mozos: “Me lo pusiste difícil... claro, es interesante que plantees esto. Pensando en ese primer contacto, voy directamente a mis amigos del colegio, en secundario; pequeño grupo en el que nos uniría una horrible competencia, lo cual llevó a que de cinco tipos, tres fuéramos medalla de oro del colegio nacional... llevados por la misma competencia saltábamos años, nos unía la rivalidad. Creo que fue la experiencia más primitiva, como diría Bion. El grupo de trabajo no era más que un pretexto para podernos unir, en frase del gran Searles, pero más que por la rivalidad, por el hecho en sí. Después de todo, como siempre sucede en estos casos, queda un gran amor entre todos nosotros una vez elaborada la situación... El contraste, un amor a distancia llamaría al grupo de ahora, amor a distancia desde el momento en que estuvo en el exilio gente que quiero, todos están en distintos países, ellos viajan, yo viajo... Emilio [Rodrigué] nos ha llamado psiconaúticos.”
Y un testimonio sobre un encuentro interesante: “Bion había llegado a la Asociación Psicoanalítica para dar una conferencia. Pichón [Rivière] hacía tiempo que no iba por haber tenido algunas peleas con ellos pero quiso escuchar a Bion a quien conocía de años atrás. Bion da su conferencia de pie, mirando atentamente a Pichón que no deja de tomar notas. Al terminar pide la palabra. Me impresionó este encuentro del que no recuerdo bien lo que pudieron decirse, ni me interesa, lo importante era cómo los dos hablaban y se miraban... Ahí queda reflejado lo que pueda haber entre los dos y los grupos. Todos nosotros asistíamos como grupo, aquella discusión entre dos fuentes de identificación, entre dos líderes que manejaban una situación, no solamente desde lo explícito, sino también desde lo implícito, y entre los cuales, por momentos, no era necesario hablar...”.
Pienso ahora que es la sensación que yo he experimentado cuando he sido testigo de trabajos de Armando y Nicolás en equipo...

Elisabeth Roudinesco (n.48, 1988)
La batalla de cien años marcó un hito de reflexión histórica en Francia. A través de esa historia de pasiones que es el psicoanálisis nos conduce Ignacio Gárate y ella responde:
“Si el psicoanálisis se encuentra en una posición de relegación, creo que es porque Lacan cometió el error de indagar por el lado de las matemáticas, en busca de modelos. Es coherente y muy interesante, pero creo que no trabajó suficiente el terreno de lo biológico; hubiera podido interesar más por un debate con los biólogos o con los científicos en general, que por la lógica formal. Creo que no se ha ocupado lo suficiente de un debate con otros campos de la ciencia diferentes de la matemática... Creo que el campo de la psicosomática es una falsa vía de discusión con el psicoanálisis... En general, cuando el cuerpo médico se apodera de posiciones psicoanalíticas, lo hace de manera muy simplificada... lo que es mucho más interesante para el psicoanálisis en este campo es escuchar la palabra de los sujetos enfermos, en vez de dar explicaciones psicosomáticas al cáncer o a otras enfermedades. De todas formas sabemos hoy que cualquier enfermedad es un conjunto de cosas donde intervienen fenómenos llamados psicológicos.”
…Diálogo con otras ciencias, diálogo sí porque sin él el psicoanálisis corre el riesgo de perder su identidad.

Marie Langer (n.49, 1988)
Entrevista teñida de psicoanálisis e implicación política, donde la vieja dama de las mil historias, de las mil experiencias desgrana algunas opiniones.
“Las terapias que desempeñamos y supervisamos están centradas en actividades grupales: grupos terapéuticos, grupos familiares, grupos de admisión en los hospitales, etc. Grupos siempre, no sólo porque en una sociedad que pretende el desarrollo integral de todos, la atención psicoterapéutica individual resulta insuficiente, sino también porque las problemáticas y el sufrimiento mental se generan en grupo, por lo que es justamente en situaciones grupales como mejor puede resolverse esto. La actividad grupal concuerda totalmente con la ideología nicaragüense: fortalece la solidaridad y enseña a socializar el dolor y los esfuerzos para aliviarlo. Esto no quiere decir que nunca se justifique un tratamiento individual; está totalmente indicado cuando hay carencias tempranas, también en otros casos, pero eso nos alejaría de las posibilidades actuales en Nicaragua”.
Faltaba poco para su muerte. Marie Langer la de los bosques vieneses, la de las Brigadas Internacionales, la fundadora de la Apa… Marie Langer.

Juan Carlos de Brassi y Diego Napolitani (n. 50, 1989)
Terminaban las primeras Jornadas de nuestra sociedad (SEGPA) en las que se discutió sobre epistemología, teoría de grupo y la relación individuo-grupo. En esa línea siguieron dialogando el filósofo Juan Carlos de Brassi y el psiquiatra y psicoanalista italiano Diego Napolitani.
Napolitani: “…Mencionas el monismo; yo no creo ser monista en lo que respecta al aspecto psicológico del saber. Para dar un ejemplo práctico, ayer se habló de la guerra. Yo respondo a este problema en términos de antropología cultural y no de antropología metafísica. Digo: la guerra es producto de una cierta modalidad de agregarse, de la agregación social elemental, y cada agregación social elemental tiene su episteme… la guerra está en el interior de una cultura… es un elemento cultural para el cual el proceso de un objeto es el elemento fundamental, no para mi supervivencia, sino para el proceso del objeto; es la manera en que siento la pertenencia a esta agregación humana determinada, a esta tribu y no a otra. Hay que tener continuamente en cuenta esta multiplicidad. Hago una hipótesis policéntica de la condición humana…

Grete Leutz (n. 51, 1989)
En torno al psicodrama.
“El psicodrama puede aplicarse de distintas maneras. En primer lugar se puede utilizar como instrumento diagnóstico. También para interactuar en el presente. Como se hace un intercambio de roles, el protagonista siempre tiene una experiencia en el papel de “su otro” importante, que le supone una visión más amplia incluso si uno se queda en el presente de la interacción. Cuando el paciente está muy mal, su uso no es del todo adecuado. Por ejemplo, el protagonista reacciona cara a la otra persona de una forma aparentemente inexplicable. Eso indica una actuación de la transferencia. Entonces normalmente le dejo en su estado de rabia, depresión, o del sentimiento que sea que no parece encajar en la escena que se ha actuado y le pido que me diga otro momento en que haya experimentado lo mismo. A continuación se produce una regresión; actuamos la escena que evoca y luego volvemos a la del presente... Siempre hay una tentación en psicodrama de ir demasiado deprisa.”
Frases prietas en las que se mezclan teoría y técnica.
Nicolás Caparrós y Antonio García de la Hoz (n. 52, 1989)
El cincuentenario de la muerte de Freud dio pié a estas reflexiones. La obra psicoanalítica rebasa hoy con mucho el peso que se puede depositar en las costillas de un hombre solo. Freud, humilde y orgulloso, no tendría mejor homenaje que este: entrar en el lugar de los Copérnico, Galileo, Pascal, Newton, Einstein y algunos otros, que son los que representan la capa venerable de los saberes que les cubren, cuya tupida trama contribuyeron a crear. A Antonio García de la Hoz le llama la atención “la tendencia que hay a clasificarlo, a hacerle clásico, cuando en realidad es un hombre moderno, un hombre del siglo XX que muere a mediados del mismo. Por otra parte, también se da la tendencia a rejuvenecerlo, a revivirlo una vez enterrado.”
Nicolás Caparrós pregunta: “¿No crees que así como la pulsión sexual ha sido estudiada con gran sistematicidad, por el contrario, los desarrollos actuales del psicoanálisis adolecen de una cierta falta paralela de estudio de la pulsión agresiva? Me refiero sobre todo a los desarrollos que lindan más con los planteamientos clásicos... ¿No opinas que, en lo concerniente a la formación actual del analista, se ha academizado en exceso todo lo que tiene que ver con la lectura de textos directamente psicoanalíticos y se ha descuidado, en parte, algo que los primeros analistas hacían o tenían de antemano como lecturas y buceos culturales en otros campos?”
“Estoy totalmente de acuerdo. El pansexualismo del que se ha acusado al psicoanálisis es precisamente reflejo de esa concepción errónea.
El estado del psicoanálisis contemporáneo: psicología del Yo, M. Klein, Lacan, Kohut, Gedo, O. Kernberg, se desgranan en estas reflexiones, que terminan con un comentario de R. Sterba: “es imposible imaginarse el psicoanálisis sin el Gymnasium vienés y sin la formación que allí se daba”.

A. Bauleo, N. Caparrós y B. Rothschild (n. 53, 1990)
Roma 1989, veinte aniversario de Plataforma. Varios de sus fundadores se vuelven a reunir en Roma, en este caso para disolverla. Al mismo tiempo y a modo de símbolo cae el muro de Berlín.
Berthold Rotschild: “Creo que no tenemos que negar lo afectivo que nos impulsa a reunirnos, es también un aspecto portador de muchas cosas, aunque no deba constituir el centro de una discusión intelectual... Estoy satisfecho de estos dos días, pienso que hemos visto que hay gente que tiene que continuar manteniendo mitos, que hay otros que se sienten libres para dejar cosas, no el discurso, sino la relación con el pasado... Ha sido una iniciativa valiente, sabíamos que la unidad se había perdido, incluso en Zúrich, mi ciudad, hay una gran diversificación de intereses.”
Nicolás Caparrós: “Se me ocurre que cuando se fundó Plataforma se daban dos acontecimientos muy juntos: el mayo del 68 y el cordobazo del 69; ahora se están desplomando todos los regímenes del Pacto de Varsovia. Es curioso que nos hayamos reunido en esta época. ¿Qué se os ocurre sobre ese fenómeno social con las nuevas corrientes que surjan, en relación con psicoanálisis y marxismo?”
Armando Bauleo: “Por momentos me da una especie de vértigo con esa difusión centrífuga. El problema que surge es de soledad, de aislamiento, quién con quién para comunicar qué. Puede que exista la ilusión de otras uniones, pero creo que lo que prevalece en estos momentos es la centrifugación y no sabemos el tiempo que habrá que esperar. El problema es que uno tiene que esperar solo, sería necesario hacer el análisis de cómo salir de ese individualismo para ver que todo es un problema ideológico, político, social.”
Entre nostalgias, desconfianzas y deseos tentativos quedó disuelta Plataforma.

Sigmund Freud (n. 54, 1990)
Una entrevista imaginaria a Freud en torno a los grupos realizada por Nicolás Caparrós.
Pregunta.- ¿Estallará la guerra?
“La guerra, cualquier tipo de guerra, es inseparable de la condición humana. Hace años escribí que es siempre posible mantener ligadas mediante el amor a un número considerable de personas, en la medida en que existan otras para recibir la agresividad. En estos momentos, cada Estado mira con recelo a su vecino, todos piensan que la barbarie está más allá de sus fronteras, acechando. El viejo Goethe seguramente se sentirá inquieto en su tumba, pero la situación no es nueva.”
Pregunta sobre el grupo y la cultura.
“En Tótem y Tabú me ocupé del grupo sin líder. La horda primitiva, tras el asesinato del padre, carece de alternativa si es que pretenden vivir juntos y han de instituir la ley contra el incesto mediante la cual todos han de renunciar a la madre que desean. Pasa el tiempo y la especie evoluciona. El ideal del Yo, unido a su costado singular, tiene también su faceta colectiva, se convierte en ideal común de una familia, de una clase o de una nación.”
… El malestar en la cultura se acentúa: las purgas estalinistas, el Holocausto…, Los Jinetes del Apocalipsis anuncian la Segunda Guerra Mundial.

Ferdinando Vanni (n. 55, 1990)
Psicoanalista que preside la Asociación de Psicoterapeutas de grupo de Milán. Refiere así el trabajo terapéutico con niños muy pequeños:
“El terapeuta trabaja a través de la educadora y los otros niños, nunca directamente con uno solo. De los tres a los doce o trece años, en la fase de latencia, también resulta muy difícil hacer interpretaciones verbales, sobre todo en el primer periodo de la terapia. El terapeuta puede utilizar los juegos simbólicos, fantásticos, reales, las representaciones cuasi dramáticas y las actuaciones de los niños para comprender sus problemas y su contenido interior... El punto de partida del trabajo con niños en grupo ha sido el trabajo con adultos. Es una cuestión compleja porque está basado en la teoría psicoanalítica. Este esquema se da en dos niveles de funcionamiento mental completamente diferentes. En uno la experiencia, la constitución del Yo; no hay protección en los niños, la realidad es la que es. En el otro, las relaciones con los adultos y todas las relaciones transferenciales. Además hay que ver el continuo pasaje del niño de un sistema a otro. Las modificaciones del niño en este tipo de desarrollo son inducidas por la experiencia, siempre y cuando sea posible, en otro universo, el de las relaciones paritarias, y éstas están continuamente influenciadas por el trato vertical con los adultos.”


Paul Laurent Assoun (n. 56, 1991)
En su primera conferencia en España para hablar de psicoanálisis, escogió como tema el original vínculo de Freud con nuestro país, su gran atracción por la España fantasmática. Esta vez me hice yo cargo de la entrevista.
La necesidad de forjar un lenguaje propio, apto para dar nuevos nombres a cosas nuevas (Nietzsche), le llevó a servirse del castellano para reinventar un lenguaje para el que no existía diccionario. Cipión y Berganza son encarnados por Silberstein y Freud. “El psicoanálisis se desarrolla en el contexto vienés, pero como bien se sabe, a Freud no le gusta Viena, ni su peculiar atmósfera de desencanto, pero dice que allí no puede hacerse un trabajo serio... Estoy en contra de una interpretación demasiado culturalista que afirma que el psicoanálisis es un producto puramente vienés. Por el contrario, es cierto que Freud se inscribe en el clima de crisis de la subjetividad. Veo una conexión entre la crisis de la subjetividad en Viena a finales del diecinueve y la crisis del sujeto en Francia en los años sesenta. Hay un cierto desequilibrio en la relación entre el saber del sujeto y la verdad, tanto en filosofía como en literatura. Ahí Freud está muy atrapado, pertenece a ese clima de desencanto y, al mismo tiempo, quiere producir un pensamiento objetivo; no es un típico vienés.”
Pregunta. ¿Podría ser Silberstein el Sancho de Freud?
“Freud siempre tuvo necesidad de alguien que presentaba como inferior, como menos inteligente y lo recupera, lo toma. Algo que me parece interesante en psicoanálisis, lo que llamo el entendimiento freudiano, es el “enseñarse”, osar saber. Freud siempre dice, por supuesto dividiéndose, que la inteligencia es importante, pero que la virtud fundamental es el valor, la tenacidad. Ahí encontramos al conquistador; puede decirse que Don Quijote fracasó en todo, pero de todas formas, partía.”
Desgrano preguntas que, poco a poco se centran en torno a la pulsión de muerte.
Schopenhauer ve la muerte como resultado y fin de la vida. ¿Qué le sugiere la comparación entre el pesimismo freudiano y el pesimismo de Schopenhauer?
Schopenhauer se convierte en el pensador de fin de siglo, pero la teoría freudiana del pesimismo no es una concepción del sujeto en tanto que sujeto del conocimiento… el sujeto está determinado por fuerzas como el amor y la muerte. En Freud no encontramos esto sino la pulsión de muerte.
… “La muerte es muy importante en la vida de Freud, pero hablamos demasiado de la muerte, se olvida el sentido metapsicológico profundo de la pulsión de muerte… La relación que mantiene con su propia enfermedad es asombrosa, la niega, hay un contacto fóbico con la muerte pero la pulsión de muerte no es especulación, es fatídica.
La entrevista se prolonga con la catarsis, la compulsión a la repetición y un pequeño apunte sobre el paralelo entre Freud y Nietzsche. Un hilo de Ariadna para discurrir en el laberinto psicoanalítico.

Hernán Kesselman (n. 57, 1991)
Hernán nos acompaña desde nuestras primeras páginas. Este encuentro fue peculiar, tanto Antonio García de la Hoz como él, no percibieron que la grabadora estaba desconectada. La versión publicada intentó recrear la que se perdió
“España fue mi patria de adopción. En el libro escrito con Tato Pavlovsky La multiplicación dramática, decía que volvía a Buenos Aires para no seguir escapando, es-capando (ser capado). Me tuve que ir de Argentina, a mi pesar y quería volver para reconstruir lo que había dejado, porque quería a mis amigos, porque quería. Me arrepentí desde el día que llegué, en el mismo avión con mis hijos llorando... Pero he tenido un gran privilegio, como me ocurrió en España, tuve una red de amigos que me ayudó a trabajar. Además, Argentina sigue siendo una especie de Paraíso del psicoanálisis, conserva los estertores viscontianos del psicoanálisis... Hay lugar para todos, sistémicos, lacanianos, pichonianos, kleinianos... Cuando a un taxista le pagas mal el trayecto, te pregunta si se te ha frustrado el deseo del sueño de la última noche... Cuando volví repatriado me devolvieron las Cátedras de las facultades de Medicina y Psicología, pero finalmente he terminado como asesor, junto con Pavlovsky; hemos decidido desarrollar una tarea en el intersticio, que no estuviera insertado como funcionario, ayudar a reconstruir hospitales, centros de salud...”
Como Antonio Caparrós, Como Armando Bauleo, Como Tato Pavlovsky, como tantos otros, los que se salvaron a tiempo, los que vivieron y sus hijos pudieron conservarlos.
Cuando Hernán llegó a España, con la negra sombra del gobierno militar encima, solía hablar de su hija Luchi, de eternos nueve meses, hasta que un día le dijo Nicolás: Hernán tu hija crece, ya no tiene nueve meses, lo sabrás cuando llegue, cuando la veas. El tiempo congelado del exilio, de los recuerdos. Luchi sigue cumpliendo años, Hernán también.

Fernando Ulloa (n. 58, 1991)
Encuentro en Buenos Aires con este Didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Un Martín Fierro de la espuela y el zaino. Le esperaban dos conferencias con una cuestión cada una: cómo trabaja un psicoanalista en la salud pública y para qué sirve un psicoanalista.
“Ante estas dos preguntas, la primera en el campo de la marginalidad y la otra en el de la cultura, me planteaba si voy a contestar lo mismo o si va a haber incongruencias. Por otra parte, hace dos semanas hice dos intervenciones muy próximas: una integrando el papel laplanchiano sobre iniciación al tratamiento y otra a partir de un artículo, Marginación, violencia y malestar en la cultura, recordando un clásico de Freud... Pensé que para hacer bien un análisis, tendría que empezar por plantearme para qué sirve el analista que yo elegí, para qué me sirvió a mí. Con esto quiero destacar que no cabe la pregunta en términos indeterminados, para qué sirve un analista, sino paraqué sirve el analista, mi analista, es decir que ya incluye el campo contratransferencial... Planteo cómo se va pasando de la novela familiar neurótica a la novela histórica transferencial. En un momento dado hay que emanciparse también de esa novela histórica familiar... El hecho es que en un momento dado, alguien –y en este caso hablo de mí-, se da cuenta de que lo que no fue no es cierto y que lo que fue, un día dejará de ser; dos puntos importantes, tendencia a esperar un encuentro que no se va a producir y además sabe, como sujeto que es uno para la muerte, que lo que fue dejará de ser. Eso marca para mí el final del análisis. Es una especie de metáfora de la muerte, una de las pocas oportunidades que uno tiene para analizar algo del futuro de su propia muerte. Librarse del sujeto que vive hacia la muerte para ser el sujeto que vive hasta la muerte, que la muerte lo encuentre vivo.”

Luis F. Crespo (n. 59, 1992)
Francisco Chicharro, el entrevistador, inicia unas reflexiones sobre este “neurólogo, psiquiatra y psicoanalista didacta de la APM; iniciador hace casi veinte [ya treinta] años de una reforma que, partiendo de un Hospital psiquiátrico inaugurado a mediados del S XIX (Sta. Isabel de Leganés), culmina en estos momentos con el establecimiento de una red de asistencia con centros ambulatorios en cada distrito, Unidad de agudos, Unidad de rehabilitación, Centro de día, Hospital de día, Residencia asistida, Talleres protegidos, Equipos de asistencia a domicilio, etc. Dejó las sesiones clínicas de López Ibor por una beca en París en la Salpêtrière primero y en St. Anne´s después, allí contactó con el psicoanálisis. “Me parece que una de las cosas que me ha hecho permanecer tanto tiempo en una institución, es el campo de las psicosis, es el lugar de elección para tratarlas. En la práctica privada he atendido fundamentalmente neurosis y en la pública, psicosis... La docencia, investigación, congresos, deben ocupar una parte del quehacer profesional. Además, rotar por distintos dispositivos, a pesar de las resistencias que despierta, evita situaciones psicotizantes y cronificantes. Tenemos que cuidarnos y no creo que la institución sea sensible a estos temas, pensar que hay una madre todopoderosa que va a echar una mano es una ingenuidad.”
Del St. Anne, cuna de la reciente psiquiatría francesa, del psicoanálisis de Bouvet, de la concepción organodinámica de H. Ey, del primer Lacan, de A. Green, hasta el Hospital de Leganés, aun dormido en el sueño eterno del asilo y empapar pacientemente de gotas psicoanalíticas a un lugar tan refractario.

María Fux (n. 60, 1992)
María hace terapia a través de la danza con discapacitados (autistas, ciegos, sordos...). Nuestra rápida conexión inicial permitió este comienzo: “La pierna inmóvil de mi madre (que superó la rigidez de una pierna sin rótula), es el secreto de mi interés por la incapacidad, la pierna de mi madre me ha dado la movilidad que tengo, con su pierna rígida me enseñó a danzar. Mi madre me sigue nutriendo, dice “te peinás siempre a la antigua, así no vas a encontrar novio!” Ella volvió a casarse a los ochenta... ¡sin permiso de los hijos!”. Le gusta trabajar en equipo con psicoanalistas, psiquiatras y en estos momentos se confiesa apasionada por la formación: “Que las cosas no mueran conmigo. Yo soy una artista, pero necesito que lo que voy encontrando a través de mi arte, se desparrame con mis ideas, a través de la creatividad en el cuerpo... estimulo al otro a que tenga interés por nacer; yo cambio también, no enseño, doy mi experiencia a otros como estímulo.”
Una forma humilde de trabajar el cuerpo por medio de un rito ancestral: la danza. La expresión del cuerpo se hace transparente. Cruce de experiencias, creación de experiencias.

Edward R. Shapiro (n. 61, 1992)
La entrevista tuvo lugar en el transcurso de cuarenta y ocho horas de trabajo intensivo sobre la Identificación proyectiva.
“La identificación implica coger un aspecto de sí mismo que no se tolere y buscar por toda la humanidad a alguien a quien le falte para intentar quitárselo de encima. La persona seleccionada estará dispuesta a recogerlo si la percepción es acertada. La experiencia consciente de la persona que proyecta es: no se parece a mí. La experiencia inconsciente: es como yo... No es sólo la fantasía, también tiene que ver con el comportamiento, y el comportamiento es diseñado para conseguir afirmación de la otra persona, que es quien necesitamos que sea; la evidencia que no apoye esto suele pasarse por alto. Quien proyecta está completamente seguro de saber quién es la otra persona, no hay dudas sobre el elemento proyectado y, por otra parte, la identificación es complementaria, se da por ambos lados.”
Caparrós: “esto estaría relacionado con un problema narcisista; el pensamiento psicótico profundo también se construye con certeza...”
Shapiro: “La identificación proyectiva es una noción, espectro de un concepto que va desde las proyecciones psicóticas más primitivas, más distorsionadas, a las más sanas y más ricas. Para saber quién es la otra persona, se hace una proyección para comprobar si encajan los datos; a eso llamo empatía y se efectúa para hacer una identificación selectiva formal. Llamarlo narcisista es correcto en un sentido muy restringido; es narcisista cuando representa una relación consigo mismo.”
M. Klein primero, Bion más tarde, las reflexiones sobre la identificación proyectiva son inagotables.

Alberto Fontana (n. 62, 1993)
El encuentro con este psicoanalista pionero en el uso del ácido lisérgico y la sesión prolongada en América Latina, lo lleva a cabo Hernán Kesselman. “En los años sesenta, después de la guerra, había todo un movimiento donde la gente estaba preocupada por la búsqueda de amor, de la no violencia. Además, el hombre atraviesa el espacio y se abre una cosmovisión diferente a pesar, o tal vez quizá, por la Guerra fría. En ese momento arrancan muchas comunidades terapéuticas, migraciones, nuevas ideas y nuevos conflictos sociales... Tuve dos Escuelas, una Psicoanalítica –me analizaba con Racker pero vivía y me formaba con Pichón-... Después el trabajo con alucinógenos y el teatro, hacíamos creación de acontecimientos y creo que surgieron como resultado de la forma en que dramáticamente transcurrían las sesiones con alucinógenos... Luego pensé lo importante de trabajar los orígenes y las identificaciones, sobre todo con inmigrantes, y hacerlo con el fotodrama. Hay una novela familiar en el neurótico, pero también existe una novela familiar de inmigración; cómo puede ser que hubiera tantos nobles en Europa y vinieran sus hijos a la Argentina. El análisis no termina con la familia, tiene que ver con la sociedad y con los movimientos sociales.”

René Kaës (n. 63, 1993)
René Kaës, incansable promotor del grupo psicoanalítico en Francia con un entorno adverso aferrado a la ortodoxia lacaniana. Además, entrañable contertulio de nuestros congresos y asiduo invitado en nuestras páginas. En esta época reflexionaba sobre el sufrimiento psíquico en las instituciones de contención.
“Mi interés científico y profesional por los grupos data de cuando estudiaba con Didier Anzieu en Estrasburgo… en aquel tiempo hacía paralelamente estudios psicosociológicos sobre las representaciones de la cultura con obreros franceses… Actualmente estoy trabajando sobre la relación que hay entre el proceso asociativo en la cura individual y los procesos asociativos en grupo; estoy interesado en indagar acerca del funcionamiento del analista que está en supervisión… me interesa mucho lo que se pone en juego en el análisis del proceso asociativo, cómo se abren las vías de lo reprimido y cómo se produce la represión a partir de los enunciados… Parto de la hipótesis de que el proceso asociativo se organiza a partir de lo reprimido.”

Fernando Savater (n. 64, 1993)
Una conferencia en la Universidad Autónoma facilitó este encuentro. Se quejaba entonces de que después de tanto trabajo de investigación profunda, fueran los escritos de divulgación sobre ética y política dedicados a su hijo Amador los que le estaban permitiendo mayor difusión. Savater es denso y ameno, afirmé entonces; mucho ha evolucionado su imagen pública desde esas fechas.
Pregunto sobre la posibilidad de concebir el ideal como lugar de confluencia de ética y psicoanálisis: “Es probable que sí, efectivamente, la constitución del ideal que es histórica, cultural, artística... tiene también elementos de desarrollo psíquico, puede haber una visión genealógica en el sentido psíquico del ideal, ¿no? Creo que en Ética y amor propio intenté diseñar cuál era la genealogía psíquica del Ideal del Yo, la visión del narcisismo positivo. Freud siempre muestra ambivalencia en torno al narcisismo, parece que puede tener elementos regresivos pero por otra parte es imprescindible; también puede aplicarse al ideal en el terreno ético. Es decir, por una parte los distintos ideales éticos guardan cierta tendencia al anquilosamiento y a la hipóstasis esclerótica de sí mismo, cerrando el camino a otras posibilidades y a hipostasiar imágenes prefabricadas de una santidad más bien represiva. Junto a esto, naturalmente, estos ideales son imprescindibles como orientación de las conductas privadas y públicas, de modo que creo que sí, que es posible que exista ese punto de confluencia.”

Nestor A. Braunstein (n. 65, 1994)
La entrevista tuvo lugar tras una conferencia que ofreció sobre el eterno retorno y el psicoanálisis. Me sorprendió la disyuntiva planteada: “O tiempo o espacio”; tiempo sin espacio en el enunciado, espacio sin tiempo en la enunciación. Entre tiempo y espacio no hay traducción sino desciframiento. El eterno retorno es la negación de la trascendencia… “Tomo como punto de referencia una afirmación de Freud casi desconocida porque no está editada con el resto de su obra… plantea dos sistemas funcionando, uno puramente en tiempo de tiempo y otro puramente en tiempo de espacio y lo inconciliable e inconmensurable entre los dos sistemas. Luego planteó la situación del análisis mismo como una situación en la que sobre esa estructura que supuestamente es espacial, intervenimos en medio del discurso y, por lo tanto, de la sucesión diacrónica, en medio del tiempo… Articular tiempo y espacio cuando se presentan en estos dos sistemas inconciliables remite a la diferencia que también se da entre escritura y palabra. La escritura y su sincronía, esa manera en que podemos pensar; tenemos un libro que sincrónicamente está todo ahí, pero para saber lo que dice necesitamos leerlo, es decir, desplegarlo en la diacronía…”

Espacio y tiempo trascurren en una especie de intrincación, salvo en esos momentos psicóticos o cuasi psicóticos donde se disocian. Espacio intemporal, tiempo inespacial.

Janine Puget (n. 66, 1994)
Un congreso en torno a los síndromes que podrían marcar el siglo XXI, aún en el horizonte.
“Si a principios de siglo los grandes síndromes podrían haber estado en relación con la represión de la sexualidad y una de las grandes aportaciones de Freud fue descubrir la importancia de la sexualidad infantil y de la represión, hoy en día, esta ha sido aceptada en la mayor parte del mundo. En cambio, las luchas institucionales, las luchas ideológicas y los síndromes dependientes de los valores e ideales puestos en juego en los agrupamientos y en la constitución de las instituciones, están por ahora fuera del campo de la comprensión analítica... A mí me fue muy útil el concepto de ideología tal como lo trabaja Kaës; dice que es un compuesto en el que tenemos ideas, ideales e ídolos. Ídolos hacen al Yo ideal, en el cual tenemos tanto los ídolos heroicos, eróticos, de vida, como los ídolos tanáticos de muerte. En cambio los ideales tienen más que ver con el Ideal del Yo y con aquellos valores heredados, transmitidos, construidos por el propio sujeto en base a las series complementarias y a su vida diaria en que va construyendo sus ideales en función de su capacidad sublimatoria. Las ideas tendrían que ver con un proceso yoico ligado a la capacidad de pensar que es la capacidad de crear ideas propias, pensamientos propios.”

Jean Claude Rouchy y Fernando Ulloa (n. 67, 1994)
Como punto de encuentro sugerí la frontera entre lo interno y lo externo...
Ulloa: “Adentro y afuera se funden en el propio análisis, donde el sujeto va tomando conciencia y, a partir de ahí, algo va haciendo efecto en ese sujeto y repercutiendo en el afuera. El psicoanálisis es como el inglés básico, cuando uno sabe esta base, la calle le enseña el inglés. Cuando se ha logrado cierto nivel de propio análisis, el oficio enseña análisis. Todo análisis válido que uno conduce es propio análisis, tiene efectos; la exageración sería decir que, a veces, uno se analiza con los pacientes. Trabajo mucho en formación y capacitación de personas atravesadas por el análisis y es muy común que el análisis crítico que hago del conflicto de la institución que los organiza, tenga importantes efectos grupales, pero si no se dan también efectos singulares en cada sujeto no da mucho resultado...”
Más adelante, Rouchy: “Aunque estoy de acuerdo con ciertas conclusiones, no tengo la misma línea de análisis. Por dos cosas, en primer lugar porque cuando hablo de cultura no lo hago de forma general, sino de la incorporada en el grupo de pertenencia primario, que puede variar en función de ese grupo de pertenencia... Retomaré la diferencia entre los grupos primario y secundario. He hecho una crítica de Psicología de las masas en la medida en que pienso que Freud, como los antropólogos culturales, tiene tendencia a pasar directamente de un análisis de la sociedad al individuo, faltando entre los dos el eslabón del grupo. Puedo encontrar este eslabón en la forma en que Fernando analiza las situaciones... Entre la institución y el individuo, se encuentran individuos en grupo, grupos en organizaciones e instituciones que dan sentido a este sistema de organización.”

Angel Fiasché (n. 68, 1995)
Juan Carlos de Brassi es el encargado de acercarnos a Fiasché, psicoanalista miembro fundador del Goteborg psikoterapi institute (Suecia).
“Los medios de comunicación social funcionan cada vez más incitando a una producción de subjetividades que no contribuye al desarrollo de la investigación social de la ciencia psicoanalítica, menos aún a la clínica psicoanalítica, expresión y compromiso primario implícito en la fuente motivacional del creador del psicoanálisis. El pretendido renacentismo filosófico, cuya incursión desde la arquitectura al psicoanálisis –pasando por la política, etc.- hasta ahora no ha contribuido más que a confundir con su intento de totalización del fenómeno social, cuyo protagonista esencial es el Hombre, inserto en una problemática que nace con la historia y tiene asegurada su continuidad gracias a la organización intrapsíquica de ese único animal que registra el pasado, presente y futuro. La continuidad histórica en el hombre y, por ende, en el contexto en que se desarrolla en el marco de referencia social, que ha ido transformando incesantemente, asegura la continuidad del mundo social.”

Maud Mannoni (n. 69, 1995)
Inicia Gárate el encuentro rememorando... Hemos batallado juntos en lo institucional, hemos realizado proyectos –de jornadas, libros- en lo teórico. Tenemos una trayectoria en donde ella me honra con su confianza y, creo, que con su amistad.
“En cuanto a Lacan, tenemos que poder discernir los diferentes períodos de su vida. Cuando le conoció Octave en los años cuarenta, a su retorno de Madagascar; un día que estaba con gripe y no podía ir a ver a Lacan, fue este quien se desplazó para ver a Octave. Durante el análisis, Lacan manifestaba interés y participaba, lo mismo que conmigo. Cuando tenía un paciente que se encontraba en un momento psiquiátricamente difícil, en donde se le podía situar como peligroso para sí mismo, era alguien capaz –yo se lo he visto hacer-, de pedir un taxi y llevarse al paciente a una clínica, dejando a todo el mundo en la sala de espera, para que pasase ese momento difícil con el suficiente cuidado.”
Un Lacan distinto y mucho más fértil a ese otro de los últimos tiempos alejado de los otros y sólo próximo a sí mismo.

Takashi Yamaguchi (n. 70, 1995)
Nos encontramos en el doceavo Congreso internacional de psicoterapia de grupo en Buenos Aires. Psiquiatra formado en Japón y Estados Unidos en terapias psicoanalíticas individuales y de grupo. Investiga ahora a partir de su trabajo con pequeños grupos de supervivientes de la bomba atómica de Hiroshima.
“Más que quién son, plantean experiencias en el aquí y ahora. ¿Pasó algo esta mañana? Son experiencias somáticas individuales y no tanto descripciones intelectuales. No hablan de su experiencia, encuentran muchas dificultades para verbalizarla. Por esa razón práctica utilizo en estos pequeños grupos con supervivientes comunicación verbal y no verbal. Buscamos niveles conscientes e inconscientes a través de medios como la pintura, esculpiendo o modelando juntos… surgen los contrastes, los pares antitéticos vida/muerte, amor/odio. Proponemos murales donde puedan pintar lo que ocurrió al estallar la bomba, hay fuego en rojo rodeado de rayos, modelan nubes atómicas durante horas. No es un dibujo grupal, lo hacen en pequeños papeles que luego incorporan al mural. El trabajo es duro, pero satisfactorio cuando consiguen hablar sobre ello… En general trabajan mejor cuanto más en común tienen, cooperan mejor… Los supervivientes de Hiroshima creo que son doblemente víctimas, doblemente traumatizados, por la bomba en primer lugar, pero además por la sociedad japonesa, por los que no la sufrieron y por las víctimas que murieron. La gente quiere excluirles, les rechazan porque no pueden entenderles, no quieren que su presencia les confronte con esa horrible realidad y buscan una buena excusa: la enfermedad radioactiva puede ser contagiosa. Este tipo de discriminación ha existido durante décadas.”
La bomba atómica que provoca una crisis emocional en cadena.

Alberto Eiguer (n. 71, 1996)
La terapia familiar psicoanalítica centra el encuentro.
“Existe unidad en mis trabajos e ideas porque no establezco clivajes radicales entre las terapias familiares analíticas y los análisis individuales... Para mí lo transgeneracional puede ser contemplado como organizador o desorganizador, funcional o disfuncional, es decir, todos somos herederos de tradiciones, de modelos de identificación, de leyes que constituyen las bases de nuestro funcionamiento mental, sobre todo del Superyó, de nuestros ideales...”
Le llega el turno al narcisismo: “El perverso narcisista quiere extender su narcisismo en detrimento del narcisismo de cualquier otro; para conseguirlo pone en marcha cierto número de mecanismos del orden del usufructo y la predación”.

J. B. Pontalis (n. 72, 1996)
El Vocabulario de psicoanálisis de Laplanche y Pontalis llevaba, entonces, treinta años en nuestras manos y tiene el mérito de mantenerse totalmente actual. Con Moreau Ricaud hablarán de la traducción de la obra de Freud:
“Una nueva traducción implicaba una nueva mirada. Los prefacios tienen aquí la función de poner en relación el texto de Freud limpio de polvo y la lectura contemporánea que hace un psicoanalista actual. A quien escribe el prefacio le pido dos cosas: situar el texto, su lugar en la obra freudiana, eventualmente sus fuentes, sus condiciones de emergencia, las circunstancias de su redacción, etc.; después proponemos la propia lectura. Creo que es un buen medio para reflexionar acerca de escritos sobre los que todos tenemos tendencia a anquilosarnos. Con mucha frecuencia los he escrito yo mismo, tengo debilidad por este tipo de ejercicio”.

Jean Laplanche (n. 73, 1996)
Su obra Nouveaux fondements pour la psychanalyse es el punto de partida. Dividida en dos partes, la segunda sobre su teoría de la seducción y la primera denominada por él catártica...
“La denomino así no en el sentido de Freud o Breuer, sino en la acepción de limpiar, depurar el campo de lo que me parece que obstaculiza nuevos fundamentos... No hago sino quitar las minas y hacer ocupar su lugar al psicoanálisis. No podemos contentarnos con refutar. Trato, por ejemplo, de dar una interpretación al fundamento biológico... Somos seres vivos y el ser psicoanalítico, si podemos llamarlo así, vive con razones para vivir. He empleado el término vicariar, para indicar que si la motivación para vivir se debilita en ocasiones en el plano biológico, va a ser retomada, relevada, por motivos sexuales. Por otra parte, este aspecto vicariante tiene otro matiz, el de modelo. El modelo biológico estructura una parte del aparato psíquico. El Yo funciona con el modelo de un organismo. En este sentido, hablo de un modelo real. Poco importa que se trate de una auténtica o falsa biología”.

Claudio Neri (n. 74, 1997)
Psicoanalista muy volcado en la teoría y práctica del trabajo analítico en grupo. También en este caso una publicación reciente da pie al comienzo del encuentro.
“En Grupo intento hablar desde un punto intermedio entre yo y quien lee, y el grupo clínico en que estoy. Trato en primer lugar de hacerme entender, después comento lo que me pareció ver en la realidad del trabajo con el grupo... Creo que el pequeño grupo terapéutico es una forma particular de grupo en la que hay dos componentes distintos, dos tipos de integrantes... Para mí, el interrogante más importante y más difícil tiene que ver con la necesidad de hacer un psicoanálisis contemporáneo, un psicoanálisis de personas que vivan la vida cotidiana, que no sean personajes novelescos del ochocientos o el novecientos. Es importante que sea una psicología más objetiva que subjetiva, que esté disponible para dar forma objetiva a las dimensiones psicológicas, también es básico que desarrolle un lenguaje que no sea ridículo. Además conviene interrogarse sobre si simplemente saber más, la explicación, es terapéutica, por qué saber más tiene que significar que se está mejor...”.

Horst Kächele (n. 75, 1997)
Psicoanalista didacta de la IPA y líder del grupo de investigación de la Universidad de Ulm en Alemania.
“El psicoanálisis ha proporcionado un entendimiento del sufrimiento humano y también ha desarrollado una teoría para el tratamiento, que se focaliza en la relación de los síntomas con los conflictos inconscientes. La idea central que persigue cualquier técnica psicoanalítica es revivir estos conflictos. Cuanto más intensa es la situación de tratamiento, más diversidad de conflictos surge. La cuestión no es si hay diferencia entre psicoanálisis y psicoterapia analítica; la base, la concepción del tratamiento es muy parecida, prácticamente la misma. Al menos yo creo que es más un asunto idiomático, una distinción del lenguaje, que algo derivado de una demostración empírica. Las estrategias son básicamente las mismas... Para mí, la diferencia básica entre los dos tipos de actividad psicoanalítica reside como en un encuentro artístico, donde los sistemas de creencias nucleares implicadas por ambas partes, son suficientes para garantizar una actividad satisfactoria”.

Tilmann Moser (n. 76, 1997)
Estudió literatura, periodismo, sociología y politología. Además se forma como psicoanalista en el Instituto Sigmund Freud de Frankfurt. Fue docente en Criminología y Psicoanálisis en la Facultad de Derecho de la Universidad de Frankfurt y tiene consulta privada en Friburgo. Con este abanico de posibilidades, el encuentro se centra en una de sus especialidades: psicoanálisis y trabajo corporal.
“Con el trabajo corporal crece mi entendimiento acerca de la importancia y fertilidad de la teoría psicoanalítica desde el punto de vista de la psicología evolutiva. Se profundiza en la identidad, pero también en la transferencia. Al margen de criterios parciales como la teoría pulsional, encuentro que se confirma todo lo que el psicoanálisis ha investigado desde sus inicios, sólo que lo aplico de un modo algo diferente... Toda una serie de pacientes proviene de familias en las que no han aprendido a expresar sentimientos en palabras, o ni siquiera han aprendido a detectarlos”.

Emilio Rodrigué (n. 77, 1998)
Dentro del homenaje que le dedicamos en este número, incluimos la entrevista completa.

José Gutiérrez Terrazas (n. 78, 1998)
Su estudio sobre las consecuencias de la teoría de la seducción imaginaria tanto en el aspecto teórico como en el clínico sirve de punto de partida a Oscar Álvarez para iniciar la charla.
“Desde el planteamiento de la Teoría de la seducción originaria, no cabe llamar objeto a esos objetos de entrada: el objeto es una noción que precisa del espacio intrapsíquico, del funcionamiento del aparato psíquico. El objeto externo toma así otro cariz. Se trata de decidir si la primacía en el dominio pulsional o sexual corresponde al aparato psíquico o corresponde al objeto externo desde sí o por sí. En otras palabras, se trata de poner la primacía de la sexualidad en el objeto externo o en el otro adulto versus o frente a la fantasmatización, que es como siempre se ha planteado en el campo psicoanalítico… Hay dos posiciones que están en permanente relación; partir de lo exterior como un dato en sí mismo, mientras que plantear la primacía del otro lleva a considerar que lo inconsciente se va a establecer a partir del otro, pero interviniendo el sujeto infantil de una forma determinada que hace que se pase por un espacio psíquico específico.”

Ophélia Avron (n. 79, 1998)
En ese momento presidía la Sociedad francesa de psicoterapia psicoanalítica de grupo con sede en París. Empezamos la charla tras un coloquio sobre lo no verbal.
“Mi mayor preocupación en este tiempo ha sido crear grupos de investigación; en la actualidad existen tres sectores: las terapias de grupo, el grupo y la institución y el grupo y la familia. En cuanto al primero, pretendemos interrogar nuestra práctica grupal en relación con las posiciones psicoanalíticas sobre lo infantil. Designamos como infantil no sólo lo que pertenece a la historia de infancia del sujeto, sino también a las organizaciones defensivas que se pusieron en marcha en el momento de los primeros investimientos objetales y la estructura edípica”.

Nicolás Caparrós y Luis Ángel Duque (n. 80, 1999)
El derecho penal ocupa el dossier del número y es complementado con esta entrevista con el abogado que asesoraba jurídicamente a la FEAP. Leemos:
“Históricamente nuestro derecho penal sólo reconocía como eximentes por salud mental a los que llamaban “locos furiosos”; a través del tiempo, de las sucesivas reformas y, sobre todo de la jurisprudencia y la realidad social, se han ido introduciendo figuras que contemplan el deterioro de la percepción. En la nueva reforma del código penal es donde se sustituye por primera vez la eximente completa de trastorno mental definido sobre aquella persona que no supiera distinguir el bien y el mal porque desde la infancia careciera de la percepción social suficiente para entender lo que era un delito”.

Xavier Audouard (n. 81-82, 1999)
Fue el último número del siglo. Hicimos un especial con los trabajos de siempre y “los que vienen”. Audouard, psicoanalista muy querido por Gárate, astrofísico desde los nueve años, fue en este caso un brillante y discreto protagonista:
“A fuerza de indagar las cosas por de dentro, entonces lo llamábamos introspección... descubrí a Freud y me puse a establecer por escrito el paralelo, sistemático, entre el bergsonismo y el freudismo. Tengo que decir que no era ninguna bobada, también me di cuenta de que Bergson era un filósofo y que, desde mi punto de vista, Freud no lo era: se situaba en una vertiente que, por entonces, se llamaba psicología... Tuve que esperar mi primera entrevista con el señor Lacan a finales de los cuarenta, para poderle explicar todo esto, lo que le llevó a decir: “Vaya hombre, usted me interesa, me interesa usted.” Eso porque no había pronunciado la palabra intros... –me había parado en seco-, eso le gustó... Entonces le dije que había que relacionar a Freud con Hegel...”

Michelle Moreau-Ricaud (n. 83, 1999)
Ahora fue ella la entrevistada en su casa parisina a orillas del Sena, como psicoanalista e historiadora apasionada por Ferenczi, hombre de contrastes sobre el que comenta:
“Creo que cuando se siente atrapado por el mensaje psicoanalítico se apasiona y le parece bueno, se convierte en su celote. La idea de establecer unas normas puede ser de Freud, de Ferenczi, de los dos que trabajaron mucho juntos con su común aspiración a la universidad... Ferenczi comentó las dificultades que surgen en las instituciones, hay un texto muy temprano en el que escribe sobre la patología de las asociaciones. Protegerse con organismos internacionales ante la posibilidad de tener que emigrar, poder establecerse en cualquier país, no es tan curioso que lo plantee en el comienzo, lo que me sorprende más es que luego continúe con estos planteamientos... Thalassa es una de sus contribuciones más originales, un retorno a la biología... pero soy más especialista en Balint que en Ferenczi.”

Juan David Nasio (n. 84, 2000)
Psiquiatra y psicoanalista con el que surge un encuentro inesperado con Gárate en París.
“Una de las maneras de designar a un analista como tal, es considerar que lo es cuando ha llevado a cabo la cura de un paciente convertido más tarde en psicoanalista. Esa puede ser una de las maneras de sancionar la formación de un analista... Mi filiación remonta a Theodor Reik; él se analiza primero con Abraham y luego con Freud. Reik analizará a Angel Garma... que llega a Buenos Aires por el año 39. Allí lo esperan un grupo pequeño de psiquiatras y psicoanalistas: Pichon Rivière, Marie Langer y, sobre todo, los dos hermanos Raskovsky... lo integran y comienzan a analizarse con él. Luego Pichón analiza a un gran psicoanalista argentino, José Bleger, que analizará a Emiliano del Campo y este me analiza a mí. Estoy muy orgulloso de mi filiación... Reik fue hombre de una gran cultura, de una gran diversidad y aportó mucho al psicoanálisis.”

Betty Garma (n. 85, 2000)
Acompañó a Arminda Aberastury en su trabajo psicoanalítico con niños y adolescentes y supervisó mucho tiempo con Melanie Klein, con la que tanto ella como su marido, Angel Garma, establecieron una gran amistad. Es entrevistada por Elena Barbero.
“Ángel era muy amigo de Paula Heimann, fue condiscípulo y, en ese momento era la segunda de Klein, aunque luego se pelearon... Arminda me sugirió llevar el material que yo tenía sobre mi trabajo con un niño de veintiún meses; no era un análisis planeado, lo trajeron para orientación y por cómo se desarrolló la hora de juego, el niño no se quiso ir, se quedó y resultó un análisis de cuatro veces por semana, intensísimo, durante seis meses... Melanie quedó entusiasmada, en ese momento recibía muchos ataques del grupo de Anna Freud que acusaba a Klein de ser puramente teórica e inventar cantidad de teorías que no podía fundamentar con la clínica, ¡y resulta que yo le llevé la clínica!”

Alain Vanier (n. 86, 2001)
Veinticinco aniversario de Clínica. Vanier es entonces presidente de Espace analytique, además de Doctor en medicina, Doctor en psicoanálisis y Catedrático en la Universidad de París VII. Algunos comentarios suyos:
“Bonneuil era un lugar donde el interés por la locura y por la psicosis tenía gran importancia, lo que coincidía con los intereses de la época, estaba en el aire. Pero también es cierto que en las vocaciones de psicoanalistas y psiquiatras, se encuentran personas que cuentan en su ascendencia con alguien que ha sido marcado por la enfermedad mental. Entre ellos me cuento. También sé que durante mis estudios de Letras, me interesaron particularmente los escritos de autores a los que se les decía locos. Trabajé mucho a Nerval, Artaud, más cerca de nosotros, o gente como Beckett, etc.” “En Bonneuil se insistía en que los niños salieran al exterior, que fuesen a lugares de trabajo reales en donde se encontraban con campesinos o con artesanos y en donde se podían realizar por medio de un trabajo encontrando, de este modo, un lugar en las estructuras de intercambio. Mannoni no pensó nunca que había conseguido tratar la psicosis en el sentido de convertir a los psicóticos en neuróticos o en gente normal. La normalidad es una ficción que no ocupa mucho espacio en el campo analítico.”

Marie Langer y Daniel Viglietti (n. 87, 2001)
Marie supo como nadie encarnar lo femenino y el feminismo; aquí se divierte relatando una anécdota de La Habana cuando Juan Carlos Bolonovich le presentó a Fidel diciendo: “...es vienesa y además hace buenos postres”. Comentará Marie: “¡Para matarlo! Como feminista, de golpe me vi entre estos dos hombres, divertidos con mis postres, que ni los hago, porque huyo de la cocina... Entonces me preguntó Fidel qué postre vienés sabía hacer, ¡y digo apfelstrudel!, me tomaron desprevenida, ya era irremediable, la situación estaba perdida y hablamos de la levadura, de que no se amasa, que se estira... ¡estábamos en una conversación totalmente estúpida, de dos amas de casa, ¡el comandante Fidel Castro y yo! Era para llorar [dice entre risas]”.

Álvaro Monzón (n. 88, 2002)
Entre los años 1986 y 1990, Monzón gestionó todo el proceso de reforma psiquiátrica en Aragón, la genéricamente denominada Psiquiatría comunitaria. Tras considerarse un gestor de la locura, le dice a Jesús Varona:
“Tenemos por delante la tarea de ver si hemos separado lo biológico de lo social. Pero realmente lo biológico es social y lo social es biológico, o si se quiere genético. Existe una interacción entre las dos cosas, esto es puro darwinismo, no es nada nuevo. Lo mental, el lenguaje, sería genético, biológico a la larga. Pero es que resulta que todo lo biológico está fundamentado sobre una selección sexual o selección natural. Las dos cosas coexisten para que se produzca la evolución y aparezca la especie humana. La psiquiatría del S. XIX se individuó de la neurología y fue por un camino que pudo ser muy biológico o muy filosófico, pero siguió un camino subterráneo de un reduccionismo mecanicista como si estuviera separado de lo fenomenológico, como si fueran campos ajenos. En estos momentos estamos intentando una nueva síntesis dentro del movimiento pendular análisis-síntesis, no se puede dejar nada de lado.”

Sigmund Freud (n. 89, 2002)
Conversación en su casa de verano, en el Semmering, zona montañosa de los Alpes, cuando contaba setenta años.
“Quizá los dioses son bondadosos con nosotros al hacernos la vida cada vez más desagradable a medida que envejecemos. Al final la muerte parece menos intolerable que las múltiples cargas que arrastramos... No me rebelo contra el orden universal, después de todo, he vivido más de setenta años, tuve suficiente para comer, gocé de muchas cosas –la camaradería de mi mujer, de mis hijos, las puestas de sol-. Observé crecer las plantas en primavera. De vez en cuando disfruté de estrechar una mano amiga. Una vez o dos encontré un ser humano que casi me comprendió. ¿Qué más puedo pedir?... Es posible que la muerte misma pueda no ser una necesidad biológica. Quizá morimos porque queremos morir.”

W. R. Bion y Salomón Resnik (n. 90, 2003)
Resnik recoge este diálogo como una de las experiencias más estimulantes de su vida.
Dice Bion: “Normalmente los pacientes saben lo que es experimentar sus emociones, pero cuando tratan de contarlo no tienen demasiado vocabulario, de forma que puede escuchar lo que dicen mientras usted puede mirar y escuchar cómo son, comparando ambos aspectos... Describe algo que, estoy seguro, existe: el sufrimiento. Si es un paciente físico, puede intentar preguntarle qué tipo de dolor es, pero con el tipo de pacientes que vemos, aunque no sea fácil plantear esta cuestión debemos ser capaces de reconocer los diversos nombres que se da al sufrimiento. Por ejemplo: ansioso, asustado, aterrado, abrumado, avergonzado, etc. Son distintas variedades de sufrimiento. Si intentaran pintarlas, utilizarían distintas gamas de color. Pero los psicoanalistas tienen que inventar el lenguaje... La mayoría de los analistas aceptan la idea de limitarse a la comunicación verbal, yo mismo trato de hacerlo, pero este es tan solo un método descubierto recientemente. Tan solo después de algunos miles de años los humanos aprendieron a utilizar la comunicación verbal... Cuando pensamos, establecemos una especie de comunicación con nosotros mismos, por eso es tan importante pensar con claridad.”

Ginette Michaud (n. 91, 2003)
Ginette forma parte de la historia del psicoanálisis lacaniano en su vertiente institucional. Discípula de Francesc Tosquelles, amiga y comadre de Jean Oury, compañera de Sebag y de Deleuze, se analiza con Jacques Lacan. “Trabaja con la materia misma de la psicosis -avanza Gárate-, se la juega con la locura”.
“Comencé a trabajar con psicóticos y como obtuve resultados que cuestionaron mucho a mis colegas, empezaron a enviarme gente con la que no sabía qué hacer... acepté tomar en tratamiento a los más doloridos. De esa manera me labré reputación de analista de psicóticos, porque no me eché atrás en el trabajo con ellos... Con los psicóticos hay que elaborar un desciframiento personal.”

Berta Roth (n. 92, 2004)
Teatro y psicoanálisis en sus raíces. Comenta: “Yo quería poner en escena Oración, de Arrabal, un texto muy difícil. Alguien me dijo que contactara con... Pichon Rivière; yo no sabía quién era... le llevé la obra y me dijo: lo que vas a hacer es que mientras vas leyendo, vas a recoger todo lo que se te ocurra, lo que leas, lo que escuches, si escuchas música, si ves una imagen, si ves un dibujo, haces un collage y de ese collage, vas a hacer una puesta en escena.” Hoy día, después de poder pensar qué es esa cosa tan extraña que fabricamos con los pacientes, me di cuenta. Retomé esa intervención para poder pensar mi clínica, para poder pensar el individuo.”

René Kaës y Essedik Jeddi (n. 93, 2004)
Ambos autores se implican en lo grupal no sólo como espacio clínico de tratamiento; los grupos en un sentido más amplio que abarca dinámicas y procesos sociales ocupan buena parte de su interés. En esta charla partimos del interrogante propuesto por un periodista en torno al análisis de atentados terroristas, los interlocutores se adentran en las raíces...
Kaës: “Los grandes sistemas ideológicos que se constituyen en el siglo XX, aportan un marco de referencia al servicio de la organización social que permite elaborar los conflictos internos que pueden surgir y que serían difíciles de trabajar sin un contexto de referencia suficientemente estable. Hay que considerar también que todos estos acontecimientos proveían a los ciudadanos de creencias, organizaban las relaciones sociales y garantizaban la estructura social… Cuando se desmoronan estos marcos sociales, que permitieron la regulación de conflictos sociales a través de las vías mediáticas, observamos cómo, desde un punto de vista psíquico se desencadenan nuevos valores, ensayos para lograr un nuevo equilibrio… Hay un problema de salud mental que va más allá del sufrimiento en sí: la necesidad de que existan dispositivos para escuchar y acoger este dolor. Sufrir circunstancialmente es normal, pero aludimos a un dolor que no puede ser nombrado, que destruye. El enfermo padece una angustia que le destruye, pero si tiene a quien le escuche es distinto. Desarrollar ese dispositivo es tarea importante y las grandes estructuras de Salud Mental no se ocupan de ello, sólo algunas asociaciones. Creo que cuando hay una institución que escucha ese sufrimiento y ese dolor, se le otorga un sentido que permite distintos cuestionamientos.”
Jeddi: “Hemos llegado a un sistema en el que el trabajo ya no tiene valor, la gente no tiene confianza en su trabajo… La industria ofrece a la gente la ilusión de un trabajo, pero para ganar dinero tienen que peregrinar de un país a otro. Por ejemplo, la crisis textil en Europa lleva a la deslocalización. China, Asia, África del norte, son lugares de paso en los que se organizan sistemas de supervivencia económica que, cuando empiezan a ofrecer estabilidad y perspectivas, desaparecen dejando vacíos y nuevas necesidades creadas… Como dijo el fundador de la historia, el fundador de la sociología, Ibn Khaldoun, cuando hay crisis siempre existen dos polaridades, la del urbanismo dominante y la del núcleo rural. El mundo de lo rural puede llegar a interrogarse sobre el urbanismo, no sólo en lo que concierne al dominio de la fuerza militar, ni sólo por la fuerza financiera, sino también por la capacidad de mimetismo. El dominante tiende a adoptar el mimetismo del dominado, su forma de vestir, de actuar, de comer, de sentarse... si el dominante no soporta este mimetismo, se crea una crisis a nivel internacional… La ideología puede enmascarar el nivel del cuestionamiento cuando la gente ve los problemas sólo desde un costado, lo enmascara con interpretaciones, se hace un discurso que rechaza interrogantes. La gente marginada se cuestiona por qué esa realidad aporta sentido político a unos y estigmatiza a otros.”

 Diego Gracia (n. 94, 2005)
La bioética es el tema sobre el que debate en su cátedra.
“En los años setenta se produjo una verdadera revolución. La relación clínica clásica era muy vertical, con un médico que mandaba y el paciente que obedecía. La ética del médico era la del mandato y la del buen paciente, la ética de la obediencia. Así planteadas las cosas prácticamente no puede haber conflictos. Los conflictos existen cuando hay dos o más que intervienen en un mismo proceso de toma de decisión... En los años sesenta se inicia la lucha por los derechos humanos en medicina... La relación no es de peor calidad, en absoluto, pero los conflictos son más. El objetivo de la bioética es ayudar a resolver conflictos, pero es un trabajo muy lento.”

Jose María López Sánchez (n. 95, 2005)
Antonio Sánchez y Juan Antonio Piñero nos acercan con cariño y respeto a este profesor de psiquiatría que utiliza técnicas psicodramáticas en la exploración y tratamiento de pacientes alopécicos. Reivindica tiempo, tiempo con los alumnos en la universidad, tiempo con los pacientes...
“Tiempo hablando, sin eso no hay nada... pero hablar es una subjetividad y así no se evalúa; es una catástrofe globalizada... Mis territorios y límites personales son la antropología psicoanalítica, la medicina psicosomática y aspectos relacionados con la filosofía de Heidegger. Descubrí áreas de la filosofía muy tarde, suelo comentar a mis alumnos que siempre lamenté esto. En la formación de los psiquiatras y psicólogos clínicos de hoy, es un terreno desconocido y extraño, lo que me parece muy lamentable.”

Salvador Alemán (n. 96, 2006)
En ocasiones olvidamos que los compañeros más cercanos tienen mucho que decir. Fue bueno sacar a Salvador del discreto lugar en el que tanto gusta instalarse. Trabajó en su tesis doctoral los aspectos psíquicos del asma: “Escogí este tema porque soy muy práctico. En el Hospital, el servicio de alergia estaba bajo el servicio de psiquiatría, entonces pensé que tendría muy a mano todos los archivos; así tuve reunidos durante siete meses todas las semanas casi a setecientos niños entre el grupo experimental y el grupo control. Una de las cosas que conseguí demostrar es que el programa de intervención grupal era válido porque hacía descender los síntomas y las visitas a urgencias, subía la adaptación escolar y social y la autoestima mejoraba. El programa resolvía todo eso, pero resultó que cuanto mejor se encontraba el niño, mayor era su inadaptación familiar. Cuando se empezaba a quitar la niño la medicación por su mejoría, las familias presentaban más conflictos.”

Blancanieves y los siete enanitos (n. 97, 2006)
Encuentro en el bosque en torno a los cuentos maravillosos con:
Lydia Calleja: “A mí me llama la atención que en los cuentos el protagonista, ya sea niño, niña o animal, suele estar abandonado. Se diría que el relato comienza desde la falta, la gran falta. Los niños que escuchan se identifican inmediatamente con ese abandono. Me pregunto si ese abandono es algo con lo que uno nace.”
Nicolás Caparrós: “No hay que olvidar que los Grimm son fundadores de la mitología comparada. Eso quiere decir que, en un momento determinado, reflexionan sobre el cuento, no se limitan a ser transmisores... unen la mejor tradición de la fantasía con la mejor tradición histórica. En Blancanieves, los famosos siete enanitos eran niños mineros que se adentraban en los recovecos más angostos de las minas de carbón de Silesia y así envejecían deprisa.”
Jose Luis Fernández: “Quiero hacer una defensa de la literatura como cosa universal. La literatura no va dirigida ni a niños ni a niñas, ni a hombres ni a mujeres... los niños, tal como yo los imagino, son seres filosóficos y como tales, se plantean problemas y conflictos que se resuelven en los cuentos. Uno de ellos, lo venimos diciendo, es el de la muerte. Comprenden pronto que la gente se muere, que desaparece, la muerte suscita desaparición. No es otra cosa que desaparición”
Esperanza González: “El abandono es dejar al niño indefenso. La soledad es otorgarle espacio para que camine... El niño y la niña necesitan cosas distintas dependiendo del momento, y del mismo cuento recogen cosas diferentes... Hace años hice un taller de cuentos de hadas. Las mujeres discutían sobre si La bella durmiente era rubia o morena, a los hombres no les importaba.”
Alicia Mosquera: “Para mí el fallo que siempre ha tenido el cuento de El patito feo, es que plantea a la vez la diferencia del patito con sus padres y con sus hermanos. Por un lado tú eres distinto de tus padres, pero eres igual a tus hermanos hasta que te das cuenta de que también eres diferente de ellos. En este cuento el patito nunca ha sido igual a nadie, ni a los padres ni a los hermanos, hasta que no se da cuenta de que pertenece a otra familia no encuentra identidad.”
Ángeles Reviriego: “Yo no tengo nada claro que los cuentos de hadas sean exclusivamente asexuados. No es lo mismo la necesidad de una niña que la de un niño. Aunque luego venga la identidad sexual hay algo que es previo y distinto para ambos... Me interesa mucho el tema que apuntas, Nicolás, la representación. La dificultad de representar señala la patología.”
Juan José Rueda: “En la infancia, Eros y Thanatos tienen una manera peculiar de estar conectados con el sujeto. El cuento infantil sería como una especie de registro que le proporciona al niño una serie de claves sobre la construcción de su inconsciente. El cuento es terapéutico para el niño. Le sirve para ordenar, disponer, calmar,”
Isabel Sanfeliu: “Quiero señalar distintos niveles en lo que se está diciendo: los mitos que responden siempre a las mismas preguntas en cualquier cultura; luego la escritura de los cuentos clásicos que filtra lo anterior, pero no hay que olvidar el entorno que envuelve su transmisión, el por qué de su relato... el cuento escuchado, el cuento narrado, el cuento que se escribe, el cuento fantástico, el moralizador...”

Ramón A. Mon (n. 98, 2007)
Nos reunimos por la labor que el doctor Mon viene realizando desde hace más de treinta años en torno a la formación de psicoterapeutas en Panamá. Junto a su trabajo clínico, ha llevado también a cabo, como especialista en Historia de Asia y África, una investigación psicohistórica sobre las vicisitudes que acompañan los movimientos inmigratorios en su país. “Nos hacemos todas las preguntas que pueden surgir a raíz de un encuentro de identidades, ni siquiera buscamos respuestas, ofrecemos preguntas… Panamá es muy peculiar porque no tiene base poblacional indígena, por tanto, la mezcla de culturas y etnias es impresionante. Geográficamente se define como centroamericano, culturalmente es totalmente caribeño e históricamente somos sudamericanos. Eso es un mercado persa. Calculo que ha habido cinco o seis oleadas fuertes de inmigrantes chinos, ahora tenemos además sudamericanos que pasan por Panamá para ir a EEUU y muchos se quedan porque la base está establecida, la comunidad tiene escuelas, sociedades, y está totalmente estratificada. Eso es lo que la gente no sabe. Desde fuera parece homogéneo, pero al entrar se ve una heterogeneidad tremenda. Por ejemplo, los primeros descendientes consideran que los que llegan después no tienen nada que ver, vienen de la China popular después de la caída del Imperio. Antes venían campesinos, ahora gente de los puertos que tienen otra idiosincrasia; fueron criados dentro del sistema comunista chino, tienen otra forma de pensar. Poseemos clases dentro de la misma población, pero siempre dentro de ella... Siempre tenemos que convivir con la diferencia. Esto tiene su implicación en términos de identidad, quién soy, qué es ser panameño. Los panameños somos una suma de cosas rarísimas que nos hace un poco distintos... que imprime un ritmo peculiar; a la gente en Panamá le cuesta mucho entender que se pueda estudiar algo que no sea pragmático. Si das un curso lo primero que preguntan es ¿y qué puedo hacer con esto? si no ven que van a obtener un beneficio del trabajo que planteas, no lo van a hacer, van a poner todo tipo de resistencias…”

Otto Kernberg (n. 99, 2007)
El marco: un congreso en la primavera sevillana. Manuel Martínez nos acerca al relevante psicoanalista chileno instalado en Nueva York, interesado últimamente en la investigación sobre psicoterapia focalizada en la transferencia, especialmente adecuada para pacientes fronterizos.
“Los trastornos de personalidad se manifiestan particularmente cuando las estructuras convencionales de tipo social se disuelven, porque las estructuras sociales crean un marco que permite a estos trastornos funcionar con relativa normalidad. Si esto se rompe parece de repente como si hubiera más, cuando lo que ocurre es que están descompensados. Esto es típico en los trastornos de personalidad graves que funcionan bien mientras están en su hogar, salen para ir a la universidad y de repente se rompen, pierden lo habitual. Lo mismo pasa en los periodos de grandes trastornos sociales en que parecen emerger trastornos de personalidad graves. Esta patología tiene tanto causas genético temperamentales como causas ambientales, especialmente graves trastornos familiares sutiles o no sutiles, en los primeros años de vida. La distorsión grave del hogar, la destrucción de la estructura familiar, es un factor etiológico y entonces el medio social es el que se destruye. La destrucción de la estructura familiar aumenta los trastornos de personalidad, lo que aparece en la generación siguiente, así por ejemplo no hay ninguna duda de que el centro de las grandes ciudades norteamericanas donde existe una combinación de enorme pobreza, altísima condensación de la vivienda, destrucción de la familia tradicional, descontrol de droga y criminalidad que protege la droga, aumenta los trastornos de personalidad en las generaciones siguientes.”

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